Pyongyang comunicó oficialmente que no está involucrado en un ciberataque que hizo colapsar unos 50.000 ordenadores y servidores de corporaciones y bancos surcoreanos el mes pasado, desmintiendo así las acusaciones de Seúl.

Denunció, además, que la declaración acusatoria por parte de Corea del Sur es "una provocación intencionada para llevar la situación en la península coreana al límite ante los movimientos de EE.UU. de cara a una guerra nuclear".


El pasado 20 de marzo un ciberataque paralizó por completo las redes informáticas de tres de las principales cadenas de televisión y tres de los mayores bancos de Corea del Sur. Según Seúl, la agresión se originó en seis ordenadores situados en el territorio de su vecino del norte. Cabe mencionar que este ataque se produjo días después de que Corea del Norte, a su vez, acusara a Corea del Sur y a EE.UU. de estar detrás de un "persistente e intenso" asalto cibernético que dejó varios de sus sitios web oficiales fuera de servicio.